sábado, 14 de febrero de 2015

Austrias y borbones.

Un acercamiento a la biografía
psicopatológica de fernando VI
josé luis sújar romero,
un  Rey prudente y justo
josé luis sújar romero

Prólogo

En este libro, el autor ha intentado acercarse a la psicobiografía de un rey prudente y justo, Fernando VI, maltratado por una madrastra inteligente y astuta, donde sus afectos estaban destinados hacia los de su propia sangre ambiciosa. Este rey, por otra parte, en sus genes llevaba también predisposición al trastorno afectivo mayor, o sea, de espíritu quieto, de ahí su melancolía. Dada la cronicidad de estas letras, (donde, se ha de tener ya en cuenta la edición de otros libros del autor, “Las Luces del Alba” y “El médico del rey muerto”), se podría pensar en cierta continuidad con la idea principal: novelas de fantasía sin rigor histórico exagerado, con licencia para posibilitar el desembarco y acercamiento hacia la medicina de la época, sin abandonar por ello la parte novelesca basada en cierto documentalismo histórico. Veremos ciertos antecedentes familiares reales por supuesto de algunos
personajes,
no en vano a alguno de ellos se le achacan los males de los Austrias, tal es el caso de Juana “la loca”, (que para alguno no estaba tan perturbada). Quizás sea más rigurosa la hipótesis de la consanguinidad, pues algo parecido va a pasar más con los borbones y en concreto, con la transmisión de trastorno bipolar. Así tenemos a “La loca de Arévalo”, Isabel de Portugal, casada con Juan II, y abuela de Juana I de Castilla, a la que más tarde la historia conocerá como Juana “la loca”. De ella cuentan que era bella, rubia de cabellos algo rojizos. Dentro de sus delirios estaba la celotipia. En su historial psicopatológico se cuenta la anécdota conocida como “la felonía del baúl”, en la que encerró a una de sus ayudas en un baúl, que aún se conserva en el monasterio de las cistercienses en Toledo, donde la tuvo a pan y agua durante tres días. Otro delirio de su abuela Isabel de Portugal que se ha podido registrar en este caso, era su enemistad con el valido de su esposo, Don Álvaro de Luna. Se cuenta que en su reclusión en el castillo de Arévalo se paseaba de día y noche gritando "¡Don Álvaro! ¡Don Álvaro!". Quizás para comprender la evolución de su psicopatología, haya que tener en cuenta varios agentes posibles estresores en la evolución de su enfermedad: los intereses de estado, su reclusión, (le quitaron a sus hijos) y la muerte prematura a los catorce años de edad de su hijo Alfonso, otro personaje a comentar.
prólogo | 6
De Enrique IV, el Impotente, hermanastro de Isabel, luego llamada la Católica y supuesto padre de Juana, la Beltraneja, que nos costó toda una guerra entre partidiarios de esta y de Isabel la católica. De Enrique IV sabemos que en realidad no era impotente, aunque sí “un esquizoide y tímido sexual”. Tras su muerte el 11 de diciembre de 1474, de una gastroenteritis aguda, sus partidarios proclamaron reina de Castilla a Isabel, quien, a gusto de sus contemporáneos “tenía un cuerpo apetecible”, esto es entrada en carnes, de esbeltez moderada y ojos expresivos y azules. En la esfera psíquica, poco se parecía su hermanastro, pues era “inteligente y decidida, de cuidadosa formación y escribía, algo desacostumbrado para esos tiempos, un castellano agraciado y pulcro”. Era Isabel “muy afable en la fabla” y mujer muy pudorosa con gran sentido del decoro. De hábitos sencillos, uno de sus mayores entretenimientos era rehilar en la rueca.
Por otro lado, tenía grandes ambiciones culturales. Su librería y su colección de obras de arte eran de las más importantes de su tiempo, y a su corte llegan numerosos humanistas (renacimiento italiano). Congruentemente con estos principios, su hija Juana recibe una prolija formación: dominaba el latín, la danza y tañía varios instrumentos musicales, tocando con particular gracia el clavicordio. Posteriormente, llegaría a dominar también el francés. Empero, es probable que el ambiente en general fuera en cierta medida severo y rígido.
Afectivamente, uno de los hechos infantiles que más debieron impresionarle fueron las periódicas visitas que hacía, acompañando a su madre, a su abuela materna Isabel de Portugal, conocida como “La loca de Arevalo”. Ésta se encerró en el castillo de su villa de Arévalo a la muerte de su marido, Juan II, donde moriría cuarenta y dos años después. La reina madre, como la llamaríamos ahora, desvariaba por los corredores con el alarido "¡Don Álvaro! ¡Don Álvaro!", esto es, aquel Álvaro de Luna que había sido primero su protector y después valido y con el que pasó de una situación de alta estima a otra de odio. Tanto que murió degollado por orden regia, a instigación de la reina.
Por otro lado, conocemos también un patrón de conducta materno que probablemente quedara grabado en la pequeña Juana. Nos referimos al comportamiento de la reina doña Isabel ante las infidelidades de su esposo. Parece ser que se rodeaba de damas de la más estricta virtud y además, feas, para no dar oportunidad a los celos que la atormentaban a raíz de los devaneos de Fernando; «amaba mucho al Rey, su marido, e celábalo fuera de toda medida».
A los dieciséis años, Juana embarca en Laredo con objeto de desposar a don Felipe y convertirse en duquesa de Borgoña. Además del trauma de su separación cuasi-infantil, se encontrará con un mundo totalmente diferente al suyo. Entre otros rápidos acontecimientos, caben citar la nueva lengua, las nueprólogo
| 7
vas costumbres (las ciudades flamencas la agasajan y festejan con un lujo inusitado) y el descubrimiento del amor y el sexo. Don Felipe era un deportista y un vividor, amante de los torneos, los bailes y los juegos de pelota. Ella, deslumbrada, y él, fascinado por el atractivo de su prometida, adelantan el protocolo de la boda para poder consumar el matrimonio. Probablemente fuera un mero prodigio de la carne porque, salvo con traductor, no se entenderían bien en ningún idioma. Todo ello supone, queramos o no, una ruptura con su pasado.
Continuando en este prólogo, lo que el autor describiría como de tinte presituacional, a los tres libros de esta saga y teniendo muy en cuenta la labor de otros compañeros internistas, psiquiatras, que también se interesaron por estudiar, registrar y, en su caso, novelar, los acontecimientos médicos de la época, hay un personaje real que también merece estar en este preludio y no es otro que la mítica figura de Don Carlos.
Ante su repaso, lo primero que nos viene a la cabeza, es preguntarnos si su padre, el emperador Felipe II, fue capaz de ordenar su asesinato. Hoy día seguimos sin tener la respuesta. Don Carlos nació cuando Felipe II contaba con tan solo dieciocho años, quedando huérfano de madre a los cuatro días de nacer. Se crió primero en compañía de sus tías y, tras las bodas de éstas, con familiares cercanos, pues su padre no estuvo en España de 1548 a 1551 ni de 1554 a 1559. Según el cortesano Gramiz, el príncipe creció mimado y tenía comportamientos exagerados.
Siendo niño, se sabía que gozaba con asar liebres vivas y una vez, en una orgía de crueldad, cegó caballos en el establo real. A los once años hizo azotar a una muchacha para su sádica diversión; fue un exceso por el que hubo que pagar compensaciones al padre de la niña.
En 1562 se cayó por unas escaleras golpeándose en la cabeza. Tras probar muchos tratamientos diferentes, incluyendo el acudir al curandero Pinterete o incluso poner en su cama la momia de fray Diego de Alcalá. Finalmente Vesalio le realizó una trepanación, operación muy arriesgada que le dejaría secuelas. Finalmente, Felipe II mandó el 18 de enero de 1568 encerrar a su hijo en sus aposentos sin recibir correspondencia y con limitada comunicación con el mundo exterior. Como el príncipe amenazó con quitarse la vida, Felipe II ordenó que no pudiese tener cuchillos ni tenedores. Cautivo, el príncipe trató de emprender una huelga de hambre, en la que fracasó. Tras ello, se dio al otro extremo, comiendo sin medida. Esto, junto a su debilidad física, es la causa probable de su muerte,
El caso de don Carlos es el tema central de la obra literaria de Schiller, Don Carlos. En ella, Carlos e Isabel de Valois, mujer de Felipe II luchan por su
amor contra un implacable Felipe II mientras los Países Bajos, defendidos por el príncipe, luchan por sus libertades. Este es el tema también de la ópera Don Carlos, de Verdi: el viejo rey, celoso y represor, frente al joven príncipe, valiente y romántico.
Ya desde muy pequeño, el infante Carlos dio muestras de rarezas pues, parece ser que mordía los pechos de sus nodrizas hasta hacerlas gritar de dolor y no logró decir ni una palabra hasta pasados los tres años. El diplomático veneciano Badoero informaba al Senado de su país: "El príncipe Don Carlos tiene doce años. Su cabeza es desproporcionada con respecto a su cuerpo, su complexión es débil y anuncia un carácter cruel. Cuando le llevan liebres u otras piezas de caza, su mayor placer consiste en que las asen vivas. Arranca los ojos a los pajarillos que caen en sus manos. Es colérico y sumamente obstinado" . A pesar de ello la gravedad continuaba y se recurrió entonces a la "terapia de las reliquias" instalándole en su cama el cadáver de un franciscano llamado Diego de Alcalá, que había muerto en olor de santidad muchos años antes. Fuera por lo que fuese, el príncipe se curó y fray Diego de Alcalá fue beatificado. Además, empieza a mostrarse colérico ante las cosas que no son de su agrado. En una ocasión intentó que un zapatero se comiera unos zapatos que no habían sido confeccionados a su gusto. Desafiaba y cruzaba apuestas con los cortesanos de su entorno y su espíritu era cada vez más competitivo. Así pasaba los días cometiendo distintos desafueros. Como nada escapaba al conocimiento del rey, esta conducta de su hijo acabó provocándole un descontento y un desprecio que los separaría aún más. Este mal entendimiento entre padre e hijo era la comidilla en todas las cortes europeas que eran puntualmente informadas por sus embajadores.
Don Carlos se fue convirtiendo en un ser cada vez más violento, y el intento de rivalizar con su padre, le llevaría a cometer actos propios de un demente. Un día obligó al caballerizo de su padre a ensillar el caballo favorito de éste y lo montó de tal modo que el pobre animal murió a los pocos días. En otra cocasión abofeteó a dos amigos del rey a quienes, además, llegó a amenazar con un puñal. No obstante, junto a estos actos, hay que mencionar otros radicalmente opuestos y que mostraban una gran generosidad, ya que se hacía cargo de la manutención de muchos niños abandonados y pagaba las deudas de algunos encarcelados. Cara y cruz de este extravagante personaje.
Felipe II tras la muerte de su hijo Carlos ;si pensó un solo instante que no podía hacer responsable a su hijo de una fatalidad morbosa que hirió primero a Juana de Castilla, su abuela, que había pesado a continuación sobre el gran emperador de ella nacido (Carlos V), y sobre el mismo Felipe II, cuyo carácter
prólogo | 8
taciturno y temperamento lipemaníaco no podían dejar de influir en su descendencia.
El resto del legado en que cupo a dos Carlos la mayor parte lo encontraremos en Felipe III y Felipe IV. Carlos II (el hechizado) vendrá después a sumarse a esta dinastía de degenerados.
A Carlos II hemos dedicado un libro, “Las luces del Alba” (ed. El Almendro) donde, aprovechando la manga ancha que da el género novelesco, en este caso de psicohistoria y basado en la fantasía, se aprovecha para intentar llevar al lector al ambiente de ese momento en España, mostrando las inquietudes de toda una familia de protomédicos cercanos a la ciudad de Córdoba, la misteriosa y bella ciudad de Góngora, que nos llevará, con sus inquietudes y querencias, a través de varias generaciones por los entresijos del poder cercanos a los reyes de España. No en vano, van a tratar con su sabiduría todas las expresiones y formas de los distintos males en aquella época, haciendo especial hincapié en los que afectan al alma. En esta novela, el protomédico Don José Romero de Córdoba, intentará ayudar a un rey que se aferra al mal de la melancolía y cuya vida parece no tener sentido tras la pérdida de su amada esposa.
Este trabajo de investigación descriptiva, en psicopatología medica de revisión no de historias clínicas, sino de textos y registros recogidos tras exhaustiva búsqueda bibliográfica, parte en principio de un análisis del enfermo en cuestión. En este caso; al empezar a describir su perfil, se contrastaron registros y opiniones de autores que lo describían con presencia y/o padecimiento de hipocondría, rasgos de timidez, tendencia a la melancolía, fiel, amante de la música y sobre todo de la caza, con inquietud, con presencia de manías regias, depresivo, refiriendo sus protomédicos de familia y o palacio que se encontraba mejor a última hora, entre sus antecedentes personales se constata padecimiento de viruelas tercianas, presencia de bultos en el vientre, tendencia en una época de su vida al insomnio. Al final, el médico catalán Plintel habla de demencia, más que de Alzheimer, una posible demencia de pronóstico grave en el contexto de una enfermedad bipolar, con presencia e intentos recogidos y contrastados de autolisis. Partimos de un diagnóstico previo de enfermedad bipolar tipo II con melancolía.¶
prólogo | 9


capítulo i
los
devotos
del
caimán
capítulo i | 13ía nublado de verano en la ciudad, que hace decenas de siglos, fue la primera en lo que se conocía por aquel entonces; en esos tiempos y lugares.

A media mañana de ese día del estivo, por otro lado, casi gris, cielo cubierto, agradable temperatura, sin abochornar demasiado, Diego Ruiz, antiguo marinero de la armada, va paseando. Camino abajo, a media distancia, se insinúa a lo lejos la Iglesia que hace poco le han recordado los de su estirpe, la del torreón del alcázar viejo, familia que siempre se ha dedicado al trabajo de la barca, cruzando a gentes de un lado a otro del río. Antes ya ha saludado a su tío Jacinto, remero, que trabaja en el embarcadero del Molino de Martos; cuando pasaba por el apeadero de la ribera, bastante pasos más allá. Ahora se quita su sombrero ancho y obscuro y cruza el umbral para detenerse a medio claustro, mirando en las paredes los exvotos que las buenas gentes de esta parte de la ciudad han depositado en ellas esperando mercedes de la virgen de la Fuente Santa. Diego detiene su curiosa mirada en un caimán disecado, del que se cuenta fue traído como ofrenda por alguno de los que marcharon a las Américas a cambio de no se sabe bien qué favor recibido. Otros, más fantasiosos, cuentan que llego por sí solo. Después de un rato de reflexión en lo más hondo de su alma, Diego entró en el templo, mientras tanto la luz que penetraba en ese umbral atravesaba la gran portada de la iglesia. Se arrodilló y habló un rato con La Señora, agradeciendo las ayudas recibidas en alguna batalla con la armada española a las órdenes del mejor capitán del reino, Blas de Lezo, el marino tuerto, manco y de la pata de palo, conocido como el “Medio Hombre”. Por un momento también pidió a la Virgen que la misión que le habían encomendado ahora, aunque ya conocía su carencia de riesgos, no así su propio compromiso, en tanto de las reales personas de que se trataba, si no era arriesgada ; que más bien era para el placer de aquellos que pueden dedicar tiempo, tienen reales y además de poseer lugares ;poderes para realizar fantasías de todo tipo, en medio de las cuales le había tocado a el destino, o le había elegido a él, porque alguien le había descrito como además de buen marinero y valiente, ; conocedor del arte de las barcas en aguas tranquilas aunque por ello menos peligrosas, pero que ahora su misión iba ser, no levar anclas y llevar el navío por grandes mares, sino con paso lento y vistoso conducir falúas a modo de fragatas, bergantines y navíos de la armada en el Tajo, en medio de ceras encendidas y fuegos de artificio ;a través del gran rio que muere en la bonita ciudad de Lisboa y llega, Custodiado por la torre de Belén de esta ciudad, y que más tarde, a la altura del palacio real de verano de Aranjuez, donde

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Escuadra del Tajo"

La Escuadra del Tajo"
El manicomio de Ilustres.

Villanueva del Duque

Villanueva del Duque
El paso de la sierra por ..

CITA EN EL DIARIO LOCAL

CITA EN EL DIARIO LOCAL
EL MEDICO DEL REY MUERTO

"Las Luces del Alba".

"Las Luces del Alba"

"Las Luces del Alba"
autor jose luis sujar Edit "El Almendro".

EL MEDICO DEL REY MUERTO. Autor Jóse Luis Sújar Romero.

EL MEDICO DEL REY MUERTO. Autor Jóse Luis Sújar Romero.

"QUE te interesa màs de la la novela de Psicphistoria

Presentacion del "El Mèdico del Rey muerto".

Presentacion del "El Mèdico del Rey muerto".
Còrdoba

EL MEDICO DEL REY MUERTO. Autor Jóse Luis Sújar Romero.

EL MEDICO DEL REY MUERTO. Autor Jóse Luis Sújar Romero.
FIRMAS.FOTOGRAFIAQ DE LA FUENTE....

Vistas de página en total

LAS LUCES DEL ALBA CIRCULO AMISTAD CORDOBA.

LAS LUCES DEL ALBA CIRCULO AMISTAD CORDOBA.
PRESENTACION COLEGIO DE MEDICOS

Revista oficial Cuarentuna de Còrdoba

Revista oficial Cuarentuna de Còrdoba
Reseña en la revista de la Cuarentuna de Còrdoba.

Entradas populares

Entradas populares

Austrias y Borbones.

  • Obra Teatral :El Manicomio Real.
  • Austrias y Borbones ,compendio novelas sobre psicohistoria .
  • La Escuadra del Tajo, novela Fernando vI.
  • El medico del rey muerto,novela psicohistoria sobre Felipe V.
  • Las Luces del Alba ,novela ficcion Carlos II.

Editorial

Editorial
Ediciones El Almendro.

Presentaciòn "Las Luces del Alba"

Presentaciòn "Las Luces del Alba"
Liceo y Circulo de la Amistad de Còrdoba.
Powered By Blogger

Espacio de tertulia , donde espero aprender de todos los que me visiten , dentro de estas inquietudes literarias e investigacion en los reyes austrias y borbones españoles , plasmado en novela de ficcion en psicohistoria

Entrada destacada

Powered By Blogger

Presentaciòn con el Colegio de Medicos ,Editorial El Almendro , en el Circulo de la Amistad de Còrd

Presentaciòn con el Colegio de Medicos ,Editorial El Almendro , en el Circulo de la Amistad de Còrd
Con Rosa MARIN Y fELIPE TOLEDO