Borrador de el "Gato de la reina" .
del libro de Jose Luis Sujar Romero ,dedicado en Cordoba a 26 de Enero del año 2016 , al grupo teatral "La escuadra".
Acto
Teatral en tres Tiempos
Se Abre el Telón.
Presentación.
I tiempo La Llegada y El
Enlace
II Tiempo Las Trenzas
Pecaminosas.
III Tiempo El Entierro Interminable.
La
llegada y el Enlace
I
ACTO
El público que callado
espera observa como una dama de
confianza de la princesa Juana habla sola aunque dirigiéndose a los que allí
les rodean lectores y o presentes .Entra despacio vestida de esas maneras que
en la corte de Castilla en esos tiempos mandaban, tras pasarse la mano sobre su
vestido como para así presentarse mejor, la dama, la de la bóveda chica, mujer
de rasgos finos y femeninos
, de sabia belleza cuerpo
enjuto y en armonía y de mirada abierta y recelosa, se para y ahora con
voz fuerte anqué no aireada comenta:
-Por fin estamos en las
tierras en las que queríamos llegar
después de tantos avatares y tormentas, de habernos aireado y mojado en exceso
y mi señora en esperanza por conocer a su prometido, del cual ya tendremos
tiempo de observar y hablar de sus maneras y composturas hacia ella.
En esto se oyen pasos, y cantar como el de
los conventos de las tierras frías
burgalesas de castilla que se acompañan
de letanías y oraciones entremezcladas con cantos de monjes gregorianos y de
meas culpas latinos, entremezclados con el padre nuestro que creo el obispo cordobés
Osio, el fraile entra en el escenario y tras santiguarse, haciendo previamente
una reverencia saluda a la dama de la bóveda chica, interpelando con voz seria
pero amistosa a esta que escucha deseosa
-Veo que estáis sola, no os
he visto en la misa de la mañana -¿está la princesa en mal estado? y o en uno
de sus silencios callados.
Ahora la dama le comenta
acercándose algo al fraile:
-Hacéis bien , en preguntar aunque muy distante estéis ,
la princesa ahora no es por sus males por lo que nos tiene agotados es porque
se está preparando por fin y con sus mejores galas , bueno las que han quedado
después de que la carraca que las traía zozobrase , pero su futura cuñada
Catalina y futura reina de España le ha dejado un bonito ajuar , lo malo es que
el vestido le está algo estrecho pues no en vano de otro cuerpo más enjuto se
trata y tres damas no podemos casi acordonarlo como se merece el cuerpo de
nuestra señora para que quede listo para el acto de presentación con el
archiduque .
Después de una pausa el manu
el fraile, le replica ahora:
-En fin estaba preocupado y
aunque me consta que mi princesa en ocasiones no de amar muchas misas y en la
corte de castilla están preocupados , empezando por su madre , nuestra Reina ,
por mi paso la idea de su ausencia , más en estos primeros momentos en que
composturas hemos de presentar .
La de la Bóveda chica le contesta:
-Se bien a lo que os réferis,
pero hoy su ausencia en misas está justificada, pues en este mismo salón de
este palacio flamenco, un momento de la historia tendrá lugar,
Ahora de una de las puertas de palacio,
avanzan dos caballeros con ropas obscuras uno de ellos bolso de piel en una de
las manos lleva, como la de aquellos que se dedican a erradicar el mal de los cuerpos,
de todos los que lo necesitan sin razas
ni distinciones, por lo menos así lo refrendaron en juramento ante Aristóteles tras unos pasos se acercan siendo saludados
por Manu y la dama de compañía de la princesa.
Ahora uno de ellos el protomédico
real Don Samuel se dirige con voz templada.
-Buenos días diríamos en
Castilla en estos lugares de luz escasa, creo que con buenas es diferente,
decirme aquí seguramente es donde se nos ha indicado que tendrá lugar la presentación tan anhelada de nuestra
presencia con su ya amado aunque no
presenciado pero si prometido, ahora Manu el Fraile contesta:
-La paz del señor sea con
vosotros hermanos bienvenidos a este círculo, de ello y de misas vacías
estábamos hablando la dama y el que os contesta ahora.
Siendo interrumpido ahora por
Don Samuel:
-Me imagino que nuestra
señora habrá descansado después de ese terrible viaje , en principio tan bien
planificado por nuestro almirante ,el cual nos acompaña , pero que de sus avatares
y desastre aun no nos hemos recuperado en parte , a lo que en este momento es
contestado por el capitán y almirante de la flota de Flandes , así con ilusión
se creó en Castilla para gran negocio de lanas y acompañar con gran emporio de
ajuar y maravedíes y soldaos a nuestra princesa en esta empresa real de juntar
los reinos de castilla con el austriaco .
Siendo ahora contestado por
el Almirante de la flota:
Pues aquí me tenéis este
viaje en verdad no ha sido de la bondad
que nuestro almirante mayor Columbus pensó ,pero he de deciros ahora que así es
la fuerza de los mares , los cuales muchas veces te dan beneficios y en días
funestos como los que hemos pasado te los quitan ,pero bueno, animémonos pues el día señalado es hoy , he de
confesaros algo que algunos de mis marineros me han comentado , y sé que en vuestras
mentes quedara y si lo hablo es porque aquí somos extranjeros y nuestro solo
bien es el de nuestra princesa Juana y su éxito ,
.
-Ha llegado a mis oídos , de
que el archiduque muy inocente no es y que le han visto e noche en tabernas del
puerto , aunque ataviado con otras ropas y sombreros ya sabéis ,disfrutando de
estas flamencas blancas como la leche primera de la mañana , pues en esto os
prevengo por si podemos saberlo y llevarlo entre todos , pues me han comentado
los míos que muy bien recibidos no somos pues a alguno se le ha soltado la
lengua y aquí los cercanos al archiduque
tenían para este y para sus bienes otros planes ,incluidos otras novias reales
del país de los francos .
La Dama le contesta ahora con
la cara como enlutada y alerta por lo que acaba de conocer:
- ¡Almirante habéis sido
atrevido y se bien de la fidelidad hacia mi señora!
-Continuando tras una breve pausa:
- ¡Esto podría a vos haberos
costado caro!
Más adelante continua
expresando:
-¿No en vano he de reconocer
vuestra sana intención?
Exclamando ahora como si de orden se
tratase:
-¡Esto no debe saberlo nadie!
Añadiendo:
- ¡Y por supuesto mi señora sí!
Añadiendo:
-¿Pues en lo que pueda la
prevendré!?
II
Acto
Ahora permitirme que me retire,
pues he de supervisar todo antes de que mi señora venga a recibir por fin a su
Prometido.
Mientras el fraile Manu habla dirigiéndose al protomedica
Don Samuel y al Almirante:
-Bien ahora que se ha ido los
oídos de nuestra princesa , en forma de dama no desposada ,así que decís que
don Felipe polvorea en terrenos fáciles
, ya nuestro prior me comento que se
decía que tuviera bien ojos y oídos pues a tierras lejanas –y donde nuestra Inquisición no impera , en fin que estamos en tierras de barbaros
y que con el pretexto de lo adelantado en tiempos no entienden de éticas
ni morales y además , sin brillo yacen en las debilidades del ser humano , pues
carne son como la nuestra pero el decoro y más en un archiduque y quien sabe por
qué no decirlo en un rey de Castilla mi Dios no lo quiera debería hacer sus
impulsos en terrenos menos atrevidos y aprender de nuestro Rey Fernando , que
si bien peca , bien sabe cómo caballero pedir perdón y hacerse responsable de
sus impulsos de hombre mal dirigidos pues bien podría jugar al ajedrez o
dedicarse a saciarse en torneos y otras batallas , que no desconsolar A NUESTRA
REINA Isabel , madre por cierto de nuestra princesa , siendo ahora interpelado
por Don Samuel , que voz bizarra añade a lo anterior expresado :
Bien decís pues me consta y
que tampoco salga de nuestras bocas pues es secreto de mi gremio , que nuestra
reina padeció del mal del celar como su madre Doña Isabel de Portugal que
tras estar retirada en castillo sin
luz ni aires cambiar al final no tardo
en enfermar de este mal del amor en forma de celos .
Más atrás ahora en la fantasía apartándose,
los actores vemos a doña Juana que
chilla y se lamenta mientras sus damas tratan de acordonarla, algunas comentan
entre si:
-Jamás conseguiremos ponerle
el vestido a la princesa , pues ya el mal se hizo cuando se perdió el lindo
ajuar de vestidos y sedas que nuestra reina Doña Isabel con celo de madre había
preparado para este día y este de la
hermana del Archiduque es de mujer caderas
más enjutadas .
Ahora se oye con voz fuerte a
Doña Juana que impera:
-Hacer ya lo que tengáis, que
no quiero tardar por vestidos, que me impidan ver a mi amado.
15.
ACTO TEATRAL:”LAS TRENZAS DEL PECADO”.
Obra de teatro en tres actos del
excelentísimo protomédico don Samuel de la Velmez de Qùrduba -para tratamiento de los
status y los desvaríos de los vapores y demencias,
en la aflicción de su Excelencia doña Juana Reina de todas las Españas: Lugar
Palacio Real de Amberes.
Se abre el telón.
I Acto
Escena I
Escenario Palacio Real de Amberes: donde se
vislumbra una luz lineal que entra por un ventanal al lado derecho, conforme se
mira, dos hombres de aspecto cómodo caminan de espaldas, con paso entrecortado y
pausado van hablando mientras pasan al lado
y son saludados a su tiempo con
alabardas por los soldados de guardia.
El Embajador español Fuente seca:
-Pues mi querido bachiller y
maestro examinado en médicas, del
Hospital de la Caridad de Jesucristo en la plaza del Potro de Córdoba…..He de
deciros que me es grato saludaros, me
han notificado, que acudís en nombre de Aragón y Castilla a curar los vapores y
aprietos de nuestra princesa , en este tiempo - más cuando ya observareis que estamos en tierras extrañas y no de fiar
y menos de un marido desleal o de un rey creído y no ilustrado con prisas de
gobiernos , que no le corresponden y que no entran en gananciales pero eso sí,
siempre a las órdenes de nuestros reyes católicos.
Siendo contestado ahora, por Don Samuel de Qùrduba:
-Pues a sus aposentos nos dirigimos mi estimado Fonseca he sido
avisado por su majestad ese rey de Borgoña,
avispero y largo como el Duero -de una nueva crisis de celos nuestra reina.
El embajador español:
Os he de poner en avisos, que
él es la causa de los espavientos, de princesa y que esto como sabéis incluso
ha podido ser el que nuestra reina enfermara por las desavenencias con su hija,
él y su avaricia la enloquece tanto es así que incluso yo mismo he presenciado
como en alguna ocasión le ponía las manos, con el pretexto de su médico Teodoro,
de que en casos de Aprietos histéricos, ante la huida de estos mundos y vivir
por momentos en otros estaría bien para su cura.
Don Samuel:
Pero esto es medica de
protomédicos y nunca de castigo.
Fuente seca ahora le sigue
narrando:
No es de fiar, nuestro rey
Fernando una vez más, acierta en no tenerlo como hijo deseado y me imagino os
lo que os habrá contado ya Teodoro, no en vano bolsas llenas cambian oficios
delicados.
Tras esto continúan caminando por la galería
de palacio hacia los aposentos reales ,
en la antesala de los cuales se encuentra junto a su asesor y obispo fiel , el
cual hace las veces de primer ministro ,
El Rey Hermoso con voz imperiosa y fuerte,
como de mando, dice ahora:
-¡Por fin venís!
Se encuentra con su fiel
obispo y ministro; ambos se encuentran con faces de nerviosos y agitados, acercándose hacia los
que llegan y comenta tras una pausa no muy larga:
El Rey Hermoso:
-Tenemos que disuadir a la reina,
la cuan anda con una nueva aprieto y amenaza
en tijeras en manos de punzar
cuellos y cortas los cabellos de la
Duquesa de Amberes, la cual me es fiel y con la que confieso habladurías sobre
mi persona fuera de estos palacios, quiere cortarle los cabellos a los cuales
los llama “Las Trenzas Pecaminosas”, temo que mi señora a la cual por otros
menesteres ,llamo con cariño no comprendido –La dama del Terror”, los halla
cortado ya , pues me consta que teme que yo adultera con ella y que en mis
gustos después de engatillarme este el jugar con los cabellos en almohadas
calientes .
Ahora dirigiéndose al protomédico, en tono
imperativo e interrogante.
EL Rey Hermoso:
- ¿Usted es Samuel el
protomédico del que tanto se nos ha hablado?
Tras esto, este último dirigiéndose al Rey
Hermoso con mezcla de latín y algo de la
lengua de los francos.
Don Samuel de Velmez de Qùrduba:
- ¿Es cierto lo que le preocupa
a mi reina, majestad?,-debo de saberlo todo, para intentar calmar los vapores
agitados y desvelos de mi reina
y comprender lo alienado de su trance.
EL Rey hermoso:
-¡Como os atrevéis así a
dirigiros a mi real persona!
En esto mientras hablaban entre ellos se
oyen voces, llantos y gritos entremezclados entre lenguas vivas y muertas.
-Pudiéndose escuchar cerca de las puertas
de los aposentos reales:
Doña Juana:
-¡Os voy a cortar todos esos cabellos , que tanto laváis ; y perfumáis para que brillen como soles ¡ y poder engatusar ,para más tarde engatillaros en mis alcobas
, rozando la piel blanca de mi rey hermoso, el cual pertenece solo a la
futura Reina de España .
Tras unos momentos de silencio y sin apremio,
comienza otra vez como si de una retahíla se tratase a gritar en voz alta:
Doña Juana:
- ¡Y mi rey es, solo mío!
LA dama de Amberes:
-¡dejarme por delicadeza señora
yo no he padecido en vuestro camastro con mi Rey!
Continuando una vez más, la
Princesa de Borgoña y de las Españas:
-¡Y por supuesto ninguna burguesa, que no
noble pues ,lo ilustre no se adquiere
con títulos donados ni comprados además sin méritos en tu caso según me han
dado a entender que los justifiquen .
Continuando Doña Juana:
-¡Bebedora de leches agrias y
fermentadas de vacas de estos campos, cuajadas
como vuestra piel y con esos colores en vuestra faz que recuerdan
nodrizas ruborizadas y del color de embutidos a chorizados y curados con los fríos
de las tierras de Teruel!
-¡Ninguna lagarta!
-¡Me lo va a quitar ni usar!
La Dama de Amberes:
-Lamento no os plazca la
lividez de mi piel, ¡Señora!
Tras una pausa continua:
-Alejar esas tijeras de mis cabellos,
yo nos os he hecho daño alguno.
Continuando e insistiendo con voz más
acentuada:
DOÑA JUANA:
- ¡A mi hermoso, no me lo
toca ni me lo roba nadie!
Y como alguna se atreviese, con la punta
de estas tijeras de plata y telar que
tengo ahora entrecogidas en mis manos, que se mueven dudando - sobre
la piel de vuestro pálido cuello, ¡Os juro que os cortare todas esas trenzas
rojas y pecaminosas!
Tras lo cual con voz tenue y cohibida, como
en los casos de desesperanza y miedo, es constada ahora, por la dama en
cuestión:
LA DAMA DE AMBERES.-Perdonar yo con vuestro
amado solo estoy en reuniones para aconsejarle,
sobre las trabas que le da la plebe y otros asuntos de gobiernos.
Doña Juana.
-Si de consejos haber en que
postura os engatilláis mejor con mi rey hermoso, como allá en mi al andaluz
saben y enseñan las mujeres de harenes y mozárabes que expulsamos , por no convertirse Al verdadero credo, como yo
apoyada por juntas y gobiernos conseguiré de mi rey hermoso , que os exilie de
estas tierras .
La Dama de Amberes:
-Os vuelvo a suplicar
-¡Majestad!-que alejéis de mi cuello ese peligro –pues cohibida y alarmada me tenéis
¡Señora!
Gran forcejeo y meneos entre
las nobles damas, en un momento dado, las tijeras son arrastradas en la piel de
la de Flandes, faz de la que emanan algunas gotas de sangre fresca, tras lo
cual Doña Juana impera con su voz:
-Esto es para que el más
hermoso de todos los hombres os veo como lo que sois una esclava romana y
ramera y los de los cabellos en el suelo
para que no pueda jugar con ellos como me consta le gusta, después de
satisfacer sus flujos, más íntimos.
II Acto
Tras oír un gran grito entremezclado entre ruidos, forcejeos por
fin el rey y la comitiva empujan la puerta:
Doña Juana:
- ¡Quietos, no deis ningún
paso adelante!
El Rey Hermoso.- ¡Juana tranquilizaros!-Os
traigo a Samuel de Velmez vuestro protomédico de Qùrduba.
La Dama de Amberes:
-Felipe mi señor –quiere y
amenaza con cortarme mis cabellos, mirar en el suelo, que ya algunos yacen,
después de toda una vida, mi madre peinándolos.
Doña Juana:
¡Felipe!, que tuteos son esos
con vuestro rey, despiadada ramera, si lo hago es esto pues entre todas mis damas,
sois la única que su olor, note en mi esposo, y no era el del almizcle que mis
damas de harén y brujas del amor , a propuesta en carta de mi protomédico Don
Samuel , junto con baños diarios me han propuesto para enloquecer de amor ¡si
de amor-al más hermoso de todos los caballeros ¡, como mujer que soy ¿O es que
creíais los dos pecadores que me la
ibais a dar por la espalda?
Añadiendo, tras un breve
respiro:
¡A mí a una castellana!
Continuando una vez más e infiriendo,
el Rey:
-Deteneos ya Juana por
nuestro Amor
Doña Juana:
-Amor que ya no os consume en
pasiones desenfrenadas y tenéis que buscar en rameras, lo que sabéis que yo
nunca os he negado e incluso cuando en contra de mi salud y gestante os he regalado,
pues vuestras ambiciones , no veis ni os fijáis cuando para vos me acicalo
,baño y perfumo y vos nos os bañáis como yo y con todo en más de una ocasión la
paz y el amor ha llegado y en parte he cedido a algún nombramiento de los
vuestros en castilla y preñada una vez más me habéis dejado .
El rey Hermoso:
-Alabarderos –detenerla y vos
Don Samuel darle alguna pócima y platicar
con ella, su ánimo y su aprieto, debéis de controlar.
Don Samuel:
-Tras ponerle su mano en el
hombro acercándose y comentando a la
altura d sus oídos -respirar profundo majestad, no os apretéis tanto -¡mi Reina!
Tras una pausa en que parece
que Doña Juan entra en relajos y con aires más calmados.
ACTO III
Doña Juana:
–dirigiéndose ahora con voz
bronca hacía varias Damas de cortesía, maduras, que le han puesto y que entre
sus virtudes en sus últimos años además
de saber más por lobas que por primaveras, de las que siempre a través de
habladurías y contertulias exigen cada vez más y más a los demás, como si sus
años y males fueran pretexto para, tenerlas agradecidas y que su misión es que
la Princesa de España, sea siempre controlada por el Rey Hermoso.
Doña Juana:
-Y vosotras sazonas
orgullosas en vuestra sequedad no solo
de cuerpo sino de mente, que a vuestros maridos, no sois capaces de ilusionar
como no sea con vuestras quejas y males que hasta a mis gremiales aburridos tenéis
y que con desagravio os dedicáis a alcahueterías sobre mí
y mis llantos
-¡Alejaos de aquí ahora nunca
os necesite!
-¿Si no queréis salir también
trasquiladas como ovejas castellanas?
Ahora Don Samuel le invoca,
con voz templada:
-Majestad estoy aquí por la
ordenanza de vuestro Padre, mi Rey Don Fernando, sosegaros, tomar esta medica
que os calmara esta afrenta, ya tendréis tiempo de aclararlo todo.
Doña Juana ahora dirigiendo la mirada y volviéndose hacia los
que desde atrás la contemplan:
-Perdonarme, sé que hacéis
buenas médicas, pero ahora debo cortar todas estas trenzas pecaminosas y a mi
esposo luego alguna bofetada le caerá, ya que sé que no es lo suficiente hombre
ni caballero, para enfrentarse a la verdad cerca de mí.
El Rey Hermoso:
-¡¿Qué no soy hombre?!
Continuando Doña Juana:
-Aunque luego me castigue como un niño pequeño y me amenacé
con soledad, retirándose a su alcoba y en alguna ocasión, por no ceder en sus
avaricias de poder, ante mis renuncias a pretensiones de cartas o nombramientos,
me amenace como “mujer desdichada”- con quitarse la vida y no lo haga y consuma
como hombre – en sogas-, sin avisar por
no consentir en sus deseos de poder y desagravio hacia mi padre y Castilla.
El Rey Hermoso:
-¡¿Qué me ha dicho “Mujer
desdichada-yo”?!
Continuando tras mirarlo de
arriba abajo por momentos a su hermoso rey.
Doña Juana:
- Ya que esta embrujado por ese rey suyo y de
los Galos del cual vasallo en cuerpo y mente se considera.
El Rey Hermoso:
-¡Niño pequeño!
¡Vasallo del Galo!
Don Samuel:
-Mi Señora , aplacar y
serenar vuestro espíritu –terminar de tomaros esa pócima, ya daré cuentas a
vuestras damas de ayuda moras , de que
os enseñen saberes de amores , para retener a vuestro amado siempre a vuestro
lado , así lo perderéis .
Ahora interrumpe el embajador
Fuente seca:
-Vuestro padre sabrá de todo esto,
y Castilla os necesita y Borgoña también.
Doña Juana canturrea y gime
entre notas a modo de soniquete doloroso.
Ahora el Rey Hermoso, tras
una moderada pausa, contesta con voz entrecortada
y con brío:
-¡Callar ya o mandare a mis
soldados que os encierren por locura y desagravio hacia mi persona! - además os
digo y mantengo delante de todos los que en este momento estamos asistiendo a
este teatro de chifladura , que tengo un
diario escrito por mis notarios de todas vuestras paranoias , que hare llegar
a vuestro padre , cuando crea
conveniente y que vuestro embajador había ocultado e intentaba sustraérmelo ,-
el cual por cierto he recuperado .
Doña Juana:
-Me imagino que vuestros escribanos
también habrán tomado buena nota de las veces que – en vez de yacer conmigo,
estáis en granjas entre vacas y rameras –y que las veces que lo hacéis es para
paliar vuestros fuegos de poder y conseguir de mí, cesiones que no lamentos de
interés de los vuestros en contra de mi padre y de mi tierra.
ACTO
TEATRAL
Escenario de noche en los Campos de Castilla.
“EL
ENTIERRO INTERMINABLE”
I
ACTO
Tierras de Castilla , entre
polvo, matorrales , piedras y dentro de la negedumbre de la noche por otro lado
casi invernal , corren aires
aburguesados , que hielan y se clavan como espadas en las espaldas dentro de
sus costillas de los por aquellas tierras transitan , en un rellano-entre
cuatro soportes de cirios encendidos en la noche castellana ,y sus sombras el capellán
de la reina sentado sobre ,una silla de cuero de las de campo a uso de nobles
en cacerías , lee un rosario a modo de plegaria junto al real féretro , que
descansa en cuatro patas labradas de madera al estilo neoclásico del nuevo
renacimiento por otra parte recién llegado , el fraile lee en latín mientras se
golpea su precordio rítmicamente con el puño cerrado de su mano izquierda , a su lado la da dama de la reina sentada
junto a él y al otro lado doña Juana en pie a modo casi de monolito , no le afectan aires
cansancio ni fríos ,como los de aquellos que sacan fuerzas desde donde no las
hubiere ,y que no necesitan descansos en sus trances , con la mirada fija y
distante escucha y medita en sus cosas entre el soniquete de la plegaria que le
acompaña recitada por el monje , al fondo , y cerca se divisa en las sombras
una gran casa con campanario y chimenea humeante , que según han comentado el
capitán de la tropa armada que acompaña al cortejo es de ciertas monjas clarisas
, que se han ofrecido a dar cobijo de cama y avios de comida a toda la comitiva
que acompaña a al real cortejo fúnebre que se mueve de noche por los campos de
castilla pues según su real viuda se
debe de adecuar a su real duelo.
En un momento dado, después de terminar la última
oración del rosario cantado en latín y tras una breve pausa el capellán comenta:
-¿Con todos mis respetos mi
reina y señora, continuo con las salves del desconsuelo?..
Tras una larga pausa,
mientras se oye silbar al aire, la dama de la reina infiere ahora:
-¡Parar unos momentos!,
parece que doña Juana está pensando en su amado.
En esto se oye como la reina
con voz entrecortada empieza hablar entre dientes, con voz baja y monótona:
-¿Ay Felipe , si me hubieras
hecho caso , con lo que yo te amo no te encontrarías enfermo y en esa caja , te
tengo que cuidar y además sin que se
entere nadie además de llevarte a donde tu querías a granada con mi madre ,a
descansar para siempre , yo no tengo ninguna prisa , pues mientras viajamos como
debe de ser de noche pues viuda soy de un rey no tan hermoso como algunos dicen …
Tras esto inesperadamente se oyen unos ruidos
y sorprendentemente la bandera de castilla y la cruz de Borgoña se mueven y por
acto mágico el rey doliente y muerto se
levanta y comenta a su esposa.
¿Qué no te parecía hermoso , pues buenos
celos me tenías , que no me dejabas estar a gusto con amantes desconsoladas ,
tras esto agarrándose en los bordes del féretro con sus manos lívidas y
alcanforadas y su rostro difuso y enmascarado ,con pequeño esfuerzo , se recoge
y descansa de nuevo en el ataúd .
Tras esto Doña Juana manda llamar al protomédico
Don Samuel para contarle lo acaecido el cual se encuentra, unos metros distanciado,
en planos campos castellanos bien abrigado y en conversación con el capitán de
la guardia, notario y nobles que acompañan a la comitiva, el obispo cordobés y don Samuel en presencia del noble de burgos
y el prior de los dominicos .comenta:
-¿parece que nuestra reina
desea hablar conmigo?, he de dejaros ahora ya seguiremos platicando sobre la
orden del arzobispo de no andar por estos caminos con este cortejo fúnebre
-¿pero Recordar la reina es la que decide en sus tierras y condados?
Ahora con paso firme entre
los fríos vientos que corren en estas tierras de Torquemada el protomédico se
acerca a su majestad y le pregunta:
-¿Decir que puede hacer este
servidor y galeno por vuestra real persona?
A lo que Ahora la reina
parece volver al mundo de los mortales se gira con su vestido de terciopelo negro,
que oculta su gestación póstuma del rey Felipe
mira al protomédico y le confiesa:
-Don Samuel, mi esposo tiene frio,
yo no estoy mal y soporto por mi amado, estos abruptos que me aprisionan y me hacer pensar pues ya experiencia como sabéis
tengo, de que puedan ser aviso de contracciones, que anuncien la llagada de
nuestra hija Catalina, que si fuera mujer así quería el que se llamara
,recordando a los suyos.
Tras esto la reina se gira mira el féretro y
en su imaginación, cree ver como don Felipe, mueve otra vez la tapa y las banderas que la cubre de castilla y
Borgoña sobre el terciopelo negro con las
águilas negras del sacro imperio y levantando su cuerpo lívido escuálido y
acaretado como el de que preparan para que dure otros tiempos y apoyando sus frías
manos en las maderas del ataúd en cuestión – se dirige a su reina y esposa:
-¡Pero Juana –es que ni
muerto he de padecer vuestras regias manías!, debéis hacer caso a los galenos
pues estáis poniendo en peligros a nuestra hija.
----La mente mágica de Juana
sigue en fantasía a modo de delirio contestando a ese ataúd ahora, ya cubierto
por las banderas:
Doña Juana:
-Felipe mi esposo amado, si
no estoy dentro del convento ese que puedes ver desde aquí es por temor.
Tras una pausa, como para
pensarse lo que sigue, con ritmo
entrecortado propio de cierto mal de la mente, tras esto, continúa:
-Ya que me enterado, de que no lo habitan
monjes sino más bien monjas algunas lozanas como las que a ti gustasteis en
vida ,siempre deseasteis y buscasteis dentro de vuestro mal de pasión y sexo en
vez de implorar mis caricias, mientras yo en reales alcobas os esperaba.
II
ACTO
Ahora
se dirige a Don Samuel el protomédico y le refiere:
-Don Felipe está en la caja ¡Verdad!
Siendo contestado por Don Samuel:
-Así es según comprobamos,
ahí está su cuerpo inerte menos su corazón, que en copa de plata mandamos y se llevaron
sus doctores flamencos...
El protomédico continúa
narrándole a la reina:
-Debéis de descansar mi reina
pues según contáis el parto viene con
una nueva criatura, a la que no le vienen
bien estos fríos y vientos, pues estamos cerca de la natividad con la llegada de Jesús en Belén.
Añadiendo:
- Debemos majestad o ir a ese
convento o a la villa, que tras la loma me han informado esta, se trata de Torquemada
y que un avanzado de la guardia, nos ha comunicado que el comendador nos
acogerá en nombre de la villa.
Siendo importunado por Juana que reprime
con fuerte carácter y voz airada a su nueva dama de compañía que se había
acercado a poner bien el terciopelo que cubre el ataúd real, gritando a voz viva:
-Que hacéis insensata como os
atrevéis a cercaros a mi esposo.
Añadiendo, tras esto:
-A mi esposo no lo viste
ni se acerca ninguna dama o mujer de
Castilla por muy buenas artes que esta tenga, alejaros de él, si no queréis
toda mi rabia, hacia vos.
.
-Siendo contestada por la
nueva dama:
-Perdonar majestad mientras
en ese momento esto lo acompaña
inclinando su cabeza en señal de acatamiento.
Añadiendo muy afligida y
reprimida, lo siguiente:
-Solo quería poner más y
mejor el pliegue de la bandera que lo
cubre –siendo reprimida una vez más por doña Juana:
-Si tú lo que querías es
acercarte a Felipe mi Hermoso.
Añadiendo poco después a
estas últimas palabras:
-¡como tantas mujeres sucias
y vulgares a las que con su mal del amor tuve que luchar en Flandes aguantando infidelidades y maltratos en
ocasiones siendo incluso golpeada por el!...
En esto en La fantasía de la
mente de Juana se imagina como el Hermoso se levanta una vez más del ataúd y casi le grita:
-¡Ya estas con el mismo mal
que tenía tu abuela Isabel que encerrada termino!
Añadiendo ya con voz más
templada como de otros mundos:
- Tu madre que llevaba mejor que tú los desvaríos de tu
padre ese que ahora está casado con la francesa y como siempre tus celos.
Doña Juana se dobla se echa las manos a su
real barriga como para frenar y sentir las patadas acaloramientos que en su vientre de rato en
rato y a modo súbito tiene lugar –preguntándole ahora a Don Samuel:
-Otra vez me están dando y
ahora de manera más viva.
Don Samuel, mira su cara más
afilada y con expresión como la de aquellos que nadan en un mar agitado de dolores,
comentándole a la reina:
-¡Pronto Majestad debemos ir
al convento ya! -pues el parto puede ser en cualquier momento y estos no son lugares para parir el fruto de
los gestado.
Ante esto Juana aunque con mirada alocada pero
más en lugares terrenales, pues el dolor de los agarrotamientos en su vientre
la trae a estos mundos infiere a Don Samuel:
-¡Jamás mi esposo estará en lugares donde allá mujeres jóvenes!
Por un momento una vez más en
su fantasía, pasa por su mente la imagen de Felipe levantándose del lecho mortuorio
y diciéndole:
-¡Yo no sé Juana que es lo
que tienes tú con esas mujeres jóvenes sí!
-¡Pero en celibato!
A lo que ahora Juana contesta
en voz viva teniendo que excusarse posteriormente con el galeno:
-¡Felipe no voy a consentir esto!
Don Samuel tras escuchar esto
último y preocupado porque ahora Doña
Juana en nuevo trance de Delirio estuviere,-se dirige a su majestad:
-Mi Reina estáis bien.
Añadiendo ahora:
-¡Que os oigo platicar con
voz fuerte!-¿Es que quizás algo perturba vuestra mente?:
- Me tenéis en ascuas y preocupado
pues bien sé que no nos conviene una nueva crisis de vos y tener que utilizar
infusiones de Láudano que pueden ser contraproducentes para a un parto rápido.
Tras esto le comenta casi en
el oído de la reina:
-¡Majestad!-¡Por favor
contestar a mis preguntas!
Momentos más tarde la reina
tras larga ausencia y en estado de trance y pensativa se dirige al galeno...
-Estoy bien no debéis de
preocuparos por mí, más bien vuestra ciencia la necesitan ellos.
III
ACTO
Mientras atrás La Dama de la
reina se dirige a la dama novicia y le infiere,
que en la medida de lo posible debe tener más tacto y además de comprender el
gran celo de ella por su marido al cual en su preocupación no admite que joven
alguna se acerque aun en estado de cadáver real.
La nueva dama le contesta:
-Ya me he dado cuenta Mi señora.
Ahora la de Bobadilla le infiere:
-Vuestra misión es
acompañarme a mí y sobre todo en las labores que luego vendrán para cuidar del
nuevo hijo póstumo de Felipe y Doña Juana.
Mientras la reina aunque con atisbo
fijo y como ida mirando al cabezal del ataúd con las águilas negras
aterciopeladas como si siguiera hablando con Felipe , sigue en su entusiasmo
imaginativo y solo ella pude ver como
Don Felipe sé levanta una vez más y se dirige a su esposa con voz meditada pero
casi imperiosa con las siguientes palabras :
-¡Solo quería ayudar vuestra
nueva dama, ya está bien de celos que no me vais a dejar descansar ni en la
eternidad!
En esto Don Samuel se da la vuelta y
dirigiéndose al grupo de capitán de la guardia al primo y nobles – comenta con ellos:
-No me puedo hacer
responsable ni yo ni la comadrona que me acompaña , de un advenimiento aunque
sea en forma de parto normal , en medio de estos campos con solo luz de cirios
y fríos de tiempos navideños debemos lo más por esto posible -acudir
aprovechando el carro de bueyes que nos ha enviado el comendador de la villa de
Torquemada , aun en contra de la fuerza y voluntad de su majestad y acercarnos
a la villa para eso , si os fijáis por allí
en aquellas luces son antorchas de los lugareños que han venido todo el
pueble en comitiva a socorrer a su reina .
Continuando el Protomédico:
-Los tiempos nos apremian
debemos movernos ya.
Tras breve pausa continúa
ahora diciendo el galeno:
– Venir conmigo hemos de despertar a la reina
de su trance recoger sillas de tijera y emprender el camino a la aldea.
Ahora se acerca el prior que le
infiere a la reina:
-Majestad debemos apremiar
todo el pueblo viene a ayudarnos y el comendador de esa vuestra villa os espera
con toda esa antorchas que a modo de luciérnagas adornan la noche, el protomédico aconseja y está preocupado por vuestro
eminente parto.
A esto más atrás la dama de
la reina comenta con el monje que antes recitaba oratorias de las del duelo de
difuntos en latín
La de Bobadilla:
- Querido padre esperemos que
mi señora a realidades vuelva, y deje sus enamoramientos por una vez, todo su
mal esta en este rey desenamorado y egoísta
que aquí yacente nos acompaña la maltrato y el pobre era ligero y
mesones y campos no había lozana de esas pecaminosas, que andan por esos
lugares con polvos en la cara y otros
lugares , moviendo caderas para engatusar a hombres hambrientos de carnes –si
no había ligera de cascos y vestidos que
se le resistiera; hacia el amor como un animal – Doña Juana que aunque ida
estaba pero a su vez también escuchaba
se imaginó una vez más en su fantasía encabalgada que don Felipe una vez más se incorporaba y
le hablaba:
-¡Callar la lengua viperina
de vuestra dama!, mira que decirme:
-¡Que Putero y bajito soy!
-Continuando la dama hablando
con el monje mientras también escuchaba la nueva cortesana de compañía:
-Pues si como os iba diciendo
el pobre la maltrataba pues nunca enamorado estuvo de su mujer y la tenía sin pasión encerrada en su alcoba
esperando sus caricias como si de una perra en celo se tratara:
– En fin que a el rey solo el
amor con otras y el poder amaba y no le importaba maltratar a doña Juana a la
que desespero en sus nervios y manías.
Añadiendo además:
-En fin que para mí fue el
causante de tantos males de mi señora, Dios lo quiso así –siendo ahora es entrecortada
por el monje:
-¡No metáis a Dios en las debilidades
de los humanos y menos de los que no
están en gracia con el!
La de Bobadilla, dirigiéndose
ahora a la nueva dama:
-Levantaros de esa silla de
tijera y preparémonos que parece que
doña Juana ha despertado de sus malestares del alma.
Añadiendo tras un receso en
sus palabras:
- Y los otros monjes están cogiendo el féretro y se aprestan a subirlo al carro
de bueyes de los lugareños.
Doña Juana dirigiéndose ahora
a toda la comitiva ordena:
-¡Tener cuidado con mi esposo
que está muy delicado en su yacer!
Imaginándose la reina una vez
más a su esposo que le infiere mientras
se incorpora.
-¡A donde me lleváis ahora!
Mientras se agarra
fuertemente ante los movimientos del traslado, como queriéndose no salirse del
ataúd real y comentándole a Doña Juana:
-¿Es que no puedo descansar nunca de vuestras locuras?
Momentos más tardes empieza a organizarse la
comitiva que a modo de procesión inquisitorial y entre las luces de antorchas,
cirios y rezos de toda los villanos que con solemnidad y devoción real acompañan en este regio momento en estas frías tierras ,
mientras se dirigen a la se dirige a la
villa .
Empieza andar los el carro
con el sonido característico de las
pezuñas y cascos de los pesados bueyes, entre
algún leve cordal de los que los dirigen con sabias y antiguas palabras
todos se van situando según el protocolo y rango de la época, atrás del todo la
reina con sus damas enlutadas, que en rezos cierran la comitiva de este duelo
real interminable que se va perdiendo en esta fría noche castellana…
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