
El Milagro.
Pasillos de palacio, Doña Juana junto con su hermano el rey prudente y los soldados de la guardia que le acompañan, se dirijan con paso firme y notorio, pues son ya las doce horas, que coinciden con la fuerza mayor del astro solario,
Ahora atraviesan la puerta del dormitorio, dentro de los aposentos, donde ruegan a los servidores de la casa del príncipe que se retiren pues el padre como todos los días a la misma hora se arrodilla junta a la cama donde, duerme profundamente Don Carlos, que más de un mes lleva ya en este trance de reposo y sueño, el rey prudente se arrodilla en el oratorio de campaña que a tal efecto le han preparado y empieza con su rutina de hablar en silencio con el mas grande donde desde su interior una vez más, le va a prometer, que si su hijo más amado recobrara la conciencia y mejorara, en el se comprometería también a intentar hacer un milagro en agradecimiento por su consideración, mientras reza todos callan, su hermana Juana también reza a la par, en esto que increíblemente, parece oírse algunos bostezos de voz a modo de exabruptos ligeros y parece que empieza a movilizar sus brazos y piernas, debajo del edredón blanco bordado con cordones dorados y en el centro con un discreto dibujo del escudo imperial de los Ausburgos .
El rey prudente como en sus mejores años. Se levanta de su oratoria de rezos y ya erguido aprecia como su hijo y heredero de todas las España, empieza a abrir los ojos claros, que claramente se ven iluminados por la luz que entra por el amplio ventanal del Alcázar, Don Carlos exclama ahora ¡Padre!, ¿Dónde estoy ?, Cuanto tiempo llevo durmiendo?, su tía Juana lo calma y ligeramente se acerca para abrazarlo, no en vano debemos de recordar, que cuando su padre lo abandono para casarse en Inglaterra con su madrastra Maria Tudor, ella hizo de madre , Don Felipe también lo abraza y le explica, su accidental caída en el colegio Mayor de Alcalá, tras ponerse algo al día y preguntarle, que como andaba su nombramiento como príncipe de Flandes y por su boda con la princesa, Don Carlos empieza a recordar y mostrar los rasgos más sólidos de su carácter, a todo esto que inesperadamente llega el secretario real, que después de mostrarle sus respetos y mostrar sus afectos por este milagro de la recuperación, le avisa al rey prudente de que el consejo Real, lleva ya largo tiempo esperándole siendo necesaria su presencia, para las medidas extraordinarias, que se han de refrendar con su asentimiento y lacrar con su sello y firma, después de esto el rey se retira no sin antes reprocharle su hijo que una vez más lo deja solo sin contestaciones a sus inquietudes y que no le llega ni al suelo de las polainas a su abuelo el emperador, la comitiva ahora después de avisar a los servidores de la casa del príncipe se marcha prometiendo le el padre al hijo que volvería lo mas pronto que los intereses del reino lo dejaran y como mínimo inexorablemente mañana a las doce, atraviesan ahora la puerta mientra el secretario Don Antonio, le pone al rey al tanto de lo que en esos apremia más, mientras el rey prudente dentro de sus adentros, abstraído de todo lo que le rodea dentro de las profundidades de su mente, habla con Dios, recordando le que como caballero del Toisón que era, se acordaba de la promesa de hacer su pequeño milagro para agradecer al mas Grande su indeterminación.
Días después, da la orden de que avisen a Juanelo Turriano el matemático Mayor el relojero de su padre a su presencia ,que entre otras cosas era conocido por el hombre de palo autómata que recogía limosnas en la calle de las Asederias de Toledo y que ese pintor Greco denunciaba o delataba a sus exterminadores en su famoso cuadro de la Muerte del Conde Orgaz , el mismo que ingenio una maquina para subir a más de cien metros el agua hasta el Alcázar y que fue quemado y que el rey prudente , en una de sus audiencias le habla de su promesa ,y que había
pensado en él para hacer un milagro, recordando el sueño que su hijo el príncipe Carlos le había manifestado, que recordaba antes de recobrar la conciencia, en el cual un monje franciscano le decía que todo iba a salir bien. Mientras levantaba una cruz con un rosario y con su mano izquierda se golpeaba el pecho, el rey prudente le completa y le cuenta a el relojero,astrólogo, arquitecto e ingeniero además de ingenioso italiano, que quizás, se debía también a que cuando todos los remedios médicos fallaron le recomendaron, que pusiera a los pies de la cama de príncipe el cuerpo momificado de fray Diego de Alcalá, en fin Don felipe le insiste una vez más a Juanelo el relojero real, que confiaba en el para que con uno de sus ingenios , le ayudara a cumplir la promesa del milagro por la recuperación de su hijo después de aquella importante caída que había sufrido, meses más tardes, en una nueva audiencia Don Felipe se excita y queda extasiado y contento ante la visión de una imagen de un fraile, que anda con un recorrido trapezoidal, mientras se golpea el pecho y levanta el brazo con la cruz y un rosario en su mano, mientras gira la cabeza y murmura algunos sonidos, agradeciendo y recompensando a Juanelo.
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